Un ser cualquiera,ya sea humano o no humano,puede evidentemente ser considerado desde muchos puntos de vista diferentes, de importancia desigual pero todos legitimos en su nivel; a condición de que ninguno de ellos pretenda rebasar sus limites,ni hacerse exclusivo y acabar negando los demás puntos de vista.
Además la consideración de un ser en su aspecto individual es necesariamente insuficiente ,pues es limitación de lo universal.
El individuo no es una unidad absoluta y completa, no es un todo cerrado y autosuficiente; sino tan sólo un estado particular de manifestación de un ser.
Este ser está sometido a unas condiciones especiales y determinadas de existencia y lo que lo caracteriza como estado individual, es la presencia de la forma.
Para entender correctamente los múltiples estados de manifestación debemos ver primero la distinción primordial entre el "Si" y el "yo":
El Si mismo, es el principio trascendente y permanente del que el ser humano ,es una modificación transitoria y contingente,modificación que no puede afectar en modo alguno al principio.
El Si mismo, o principio espiritual , inmutable en su propia esencia, desarrolla sus posibilidades en todas las modalidades de realización,en multitud indefinida, que son para el ser total, otros tantos estados diferentes, cada uno de los cuales tiene sus condiciones de existencia limitativas y determinantes, y uno solo de los cuales constituye la determinación particular de este ser que es el yo o la individualidad humana.
El desarrollo de las posibilidades se presenta en la individualidad manifestada en tiempo lineal ,fuera de ella ,todo debe estar necesariamente en perfecta simultaneidad, en el eterno presente; y por eso la permanenete actualidad del Si, no se ve afectada por ello.
El Si mismo es el principio por el que existen, cada uno en su esfera propia,que denominamos : un grado de existencia,todos los estados del ser.
Esto es igual en los estados manifestados individuales,es decir, formales o sin forma; y también , aunque entonces la palabra "existir", es impropia, en los estados no manifestados, que comprenden todas las posibilidades que no son susceptibles de ninguna manifestación.
Pero este mismo si sólo es por si mismo, pues no tiene en la unidad total e indivisible de su esencia intima, ningún principio que le sea exterior.
Acabamos de decir que la palabra existir no puede aplicarse a lo no manifestado, es decir, al estado principial, en efecto, en sentido estrictamente etimlógico, del latin ex stare, esta palabra indica al ser dependiente con respecto a un principio distinto de él mismo y que no tiene su razón suficiente, es decir ,el ser contingente manifestado.
De ello resulta que, hablando en rigor, la expresión popular "existencia de Dios" es un absurdo, ya que al ser el Gran Principio, no depende de nada, tanto si por Dios se entiende el Ser , como se hace normalmente, como, con mayor razón, si se entiende el Principio Supremo, que está más allá del ser.
Cada uno de los estados o grados de la manifestación universal puede ser designado como un "mundo",de los que hay una multiplicidad indefinida.
Para el grado del Ser puro, el término mundo ya no es adecuado ,ya que es el principio de toda manifestación, y él mismo es: no manifestado, ni , con mayor razón, para lo que está más allá del propio Ser.
Esta multiplicidad de los estados del ser, es una verdad espiritual fundamental que se cumple ya cuando nos limitamos a considerar los estados de manifestación ,y los estados de no manifestación, cuyo conjunto constituye el ser total tomado inclusive en el ámbito ilimitado de la Posibilidad universal.
La existencia encierra las posibilidades de manifestación ,en la medida en que se manifiestan efectivamente,puesto que principialmente no se manifiestan en el grado del Ser. Por consiguiente, la Existencia está lejos de ser toda la Posibilidad concebida como verdaderamente universal y total.
Fuera y más allá de todas las limitaciones,incluida la primera limitación que constituye la determinación primera de todas, es decir, la afirmación del Ser puro.
Cuando se trata de los estados de no manifestación de un ser, hay que hacer una distinción entre el grado del Ser y lo que está mas allá; en este caso, es evidente que el mismo término de "ser" ya no puede aplicarse rigurosamente en su sentido propio; pero nos vemos obligados a causa de la propia constitución del lenguaaje, a usarlo a falta de otro más entendible, atribuyéndole un valor puramente analógico y simbólico;de otro modo sería imposible hablar en absoluto sobre aquello de que se trata.
Los estados de no manifestación son extraindividuales igual que el Si mismo principial. En cuanto a los estados de manifestación ,algunos son individuales ,y otros son no individuales , diferencia que corresponde a la distinción entre la manifestación formal y la manifestación aformal.
Si consideramos en particular el caso del humano: su individualidad actual ,es un estado de manifestación entre un número indefinido de otros estados , que deben concebirse todos como igualmenete posibles, y, por eso mismo, como existentes ,al menos virtualmente, o como efectivamenete realizados para este estado individual humano.René Guénon. El Simbolismo de la Cruz (Fragmento).
No hay comentarios:
Publicar un comentario