A veces ocurre que las mismas cosas
aparecen como contrarias o complementarias según el punto de vista desde el que se las considera.La oposición corresponde al punto de vista mas exterior o superficial y el complementarismo, en el que esa oposición se encuentra conciliada en cierto modo ,corresponde a un punto de vista más profundo.
La unidad principial de todo,exige en efecto, que no haya oposiciones irreconciliables,por consiguiente todo dualismo, ya sea de orden teológico como el de la separación de Dios y el hombre o de orden filosófico como el del espíritu y la materia, es una concepción radicalmente falsa;así pues, si bien es cierto que la oposición entre dos términos existe realmente en las apariencias y posee una realidad relativa en cierto nivel de existencia, esta oposición debe desaparecer como tal y resolverse armónicamente por síntesis o integración, al pasar a un nivel superior. Pretender que no es así sería querer introducir el desequilibrio en el propio orden principial, mientras que todos los desequilibrios que constituyen los elementos de la manifestación considerados "distintivamente " concurren necesariamente al equilibrio total, que nada puede afectar ni destruir.
El propio complementarismo que todavía es dualidad, debe, en determinado grado, desaparecer ante la unidad; sus dos términos se equilibran y se neutralizan en cierto modo al unirse hasta fusionarse indisolublemente en la indiferenciación primordial.
La figura de la cruz puede ayudar a comprender la diferencia que existe entre el complementarismo y la oposición.
La linea vertical y la horizontal, representan dos términos complementarios ; pero evidentemente ,no se puede decir que haya oposición entre el sentido vertical y el sentido horizontal.
Lo que representa la oposición en el símbolo de la cruz, son las direcciones contrarias, a partir del centro, de las dos semirrectas que son las dos mitades de un mismo eje; la oposición, pues, se puede considerar igualmente, o bien en el sentido vertical, o bien en el sentido horizontal.Tenemos así, en la cruz vertical de dos dimensiones, dos pares de términos opuestos que forman un cuaternario ; lo mismo ocurrirá en la cruz horizontal, uno de cuyos ejes, se puede considerar relativamente vertical, es decir , se puede considerar que desempeña el papel de un eje vertical con respecto al otro. Si reunimos las dos figuras en la cruz de tres dimensiones , tenemos tres pares de términos opuestos, comprendiendo allí las direcciones del espacio y los puntos cardinales.
Si se considera la cruz horizontal, el eje vertical está representado en ella por el propio punto central, que es aquel en que se encuentra al plano horizontal ; así todo plano horizontal , donde se desarrolla un estado o un grado cualquiera de la Existencia, tiene en este punto, puesto que es el origen del sistema de coordenadas al que todo punto del plano podrá referirse, al
que se le puede denominar su centro,esta misma imagen de la inmutabilidad.
Si se aplica esto, a la teoría de los elementos del mundo corporal, el centro corresponderá al quinto elemento, es decir, al éter que es la "quintaesencia " de los alquimistas representada a veces en el centro de la cruz mediante una figura como la estrella de cinco puntas o la flor de cinco pétalos; el éter es el primero de todos los elementos según el orden de producción; aquel del cual todos los demás proceden por diferenciaciones sucesivas y que reúne en sí todas las cualidades opuestas.
El centro de la cruz es, pues, el punto donde se concilian y se resuelven todas las oposiciones , en este punto se establece la síntesis de todos los términos contrarios que sólo son contrarios según los puntos de vista exteriores y particulares del conocimiento en modo distintivo.
Este punto central corresponde a lo que el esoterismo islámico designa como la "estación divina " que reúne los contrastes y las antinomias, es lo que la tradición taoista llama el "Invariable Medio" que es el lugar del equilibrio perfecto representado como el centro de la "rueda cósmica".
Se alcanza esta estación o este grado de realización efectiva del ser, por la extinción del yo individual.
La realización espiritual según la doctrina taoista consiste en llegar a dicho punto central y permanecer en él en unión indisoluble con el Principio, participando de su inmutabilidad e imitando su "actividad no actuante " por medio del desapego completo con respecto a todas las cosas manifestadas, transitorias y contingentes, y la indiferencia respecto a los frutos de la acción, indiferencia ,gracias a la cual el ser escapa del encadenamiento indefinido de las consecuencias de estas acciones ;es la acción sin deseo, mientras que la acción con deseo es la acción realizada con miras a obtener algo físico.
Es gracias al desapego que el ser escapa de las viscisitudes de la corriente de las formas, de la alternancia de los estados de vida y muerte, de condensación y disipación, de corrupción y generación, y pasa de la circunferencia de la rueda cósmica a su centro, que se designa como lo no manifestado que une los radios y hace con ellos una rueda.
"La paz en el centro, dice Lie Tsé, es un estado indefinible ; no se toma ni se da ,uno llega a establecerse en ella".
Este centro dirige todas las cosas mediante su actividad no actuante que aunque no manifestada, es la plenitud de la actividad puesto que es la del Principio del que derivan todas las actividades particulares; es lo que Lao Tsé expresa así: "El Principio es siempre no actuante, y sin embargo todo es hecho por él".
Más allá, de estar en el centro, ya no hay límites, se pasa a la extinción de la extinción ,que es la identificación del centro de un estado del ser con el del ser total, universal.
Tomado de:"El simbolismo de la Cruz" René Guénon.
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